Balenciaga se fundó en 1919 en España. Su fundador, el modisto Cristóbal Balenciaga, empezó a coser a los 12 años. Tras abrir su primera boutique en San Sebastián, se expandió rápidamente a Madrid y Barcelona. Apuesto a que no sabías que entonces sus diseños los llevaban la familia real española y la aristocracia. En los años 50-60 la marca alcanzó su máxima popularidad gracias a la confianza en sí misma con la que aportó elementos modernos a la alta costura de la época. Tras la muerte de Cristóbol, se celebró en Londres una exposición en honor a su contribución integral al arte a través de la "alta costura". Lo que quizá le haya llamado la atención es el controvertido pasado de Balenciaga. En 2016, IKEA acusó a la marca de plagio después de que Balenciaga lanzara un bolso tote que llevaba la estética de las bolsas de la compra de IKEA. Además de esto hubo acusaciones vinculadas con el uso de pieles de animales reales, desfiles de moda controvertidos, precios elevados o retos de sostenibilidad. Pero la mayor incógnita es el uso de elementos satánicos en sus campañas. Sin embargo, la marca sigue siendo relevante. Aunque el número de sus seguidores disminuyó tras este suceso de acciones, tienen una buena lista de colaboraciones con marcas como Gucci, Vibram, Crocs o incluso PlayStation.